viernes: gimnasio

Amigas! Imagino que deben de recordar el pacto que hicimos de no publicar hasta el próximo domingo (o quizás lunes) por razones que aclaramos en el posteo anterior (click acá). Hoy voy a tomarme la libertad de romper dicho acuerdo nomás para joderle un poco la existencia al boludo. Hoy, 2.53pm hora local (estamos radicados en la provincia de Buenos Aires, para los que no tenían idea) el susodicho se mandó para el gimnasio. La primera lectura que se hace de esta especie de comportamientos es: el flaco, sabiendo que es viernes, se va a comer los fierros así sale de ahí, pela esa musculosa blanca y rompe la noche bien entubado. ERROR. No hay cosa más grasa que un flaco con esa musculosa barata, apretada y puesta debajo del pantalón, que si bien apenas logra marcar esos pectorales deja en evidencia esa buzarda de birra que viene acumulando desde ya hace años de salidas. Pero no. Mi compañero de escritos no es tan grasa y no tiene buzarda (te salvaste negro... IGUAL: denle tiempo nomás… ya le crecerá… todavía se encuentra en su época en la que ese metabolismo que no entendemos pero envidiamos le hace romper todo protocolo que dice algo como "nene: sos visita... u-bi-ca-te" para abrir la heladera como si fuera el dueño de casa). Acá me dirán muchas “no le estás jodiendo la existencia”. Yo les explico, la verdadera lectura de este macho es mucho más cruel: va al gimnasio nomás para ver si se cruza con la flaquita esta de flequillo que figura en la dedicatoria del posteo anterior (click acá). Atenti doña, que sea donde sea, el macho, con su metabolismo, siempre anda con hambre! Y si está bien satisfecho, puede picar igual un tentempié. No lo olvide: siempre intentan agrandar el menú. Figura 1. Dieta bástica de todo hombre Dedicado a todos los instructores no-homosexuales de aerobox.